En la industria relojera suiza se habla de manufactura cuando se está ante una fábrica que construye prácticamente la totalidad del reloj, en oposición a las fábricas de acabados, donde solo se procede al montaje, afinación, colocación de manecillas y ensamblaje final en las cajas. En el lenguaje de marketing, y luego del resurgimiento del interés en la relojería mecánica, a fines del siglo pasado, muchas marcas de relojes se reivindican hoy como “manufacturas”, pretendiendo con eso una legitimidad histórica. Pero es muy difícil establecer una línea entre marcas “manufactura” y marcas de acabado, dada la globalización de los proveedores de componentes y las estrategias de colaboración entre marcas relojeras pertenecientes a grandes grupos económicos.
Interior de la manufactura de Les Forges de Audemars Piguet.