RELOJ CHINO

La civilización china midió su tiempo con relojes de sol y clepsidras hasta que los portugueses introdujeron allí el reloj mecánico, en el siglo XVI. Uno de los más conocidos y sofisticados relojes chinos, movido por agua, fue construido por el matemático Su Sung, en 1088 d.C. La clepsidra de Su era una torre de 10 metros de altura e indicaba, además de las horas del día, las posiciones astronómicas, a través de una carátula armilar móvil, indicando el tiempo en forma sonora, a través de autómatas. La relojería mecánica fue introducida en India, Corea, Vietnam, China y Japón de la mano de navegadores, comerciantes o religiosos portugueses o extranjeros que trabajaban en el seno del Patronazgo Portugués de Oriente. En los siglos XVIII y XIX el mercado chino fue de los más importantes para las exportaciones europeas, que adaptaron al gusto local las cajas y las carátulas. Siguiendo una tradición iniciada por los navegantes portugueses, esos relojes generalmente se vendían por pares, pues era muy difícil conseguir reparación local cuando uno se descomponía y demoraba mucho tiempo hasta que el reloj a reparar fuera y volviera de Europa.