RELOJ ERÓTICO

Los relojes eróticos animados (con pequeños autómatas) nacieron a fines del siglo XVII, en un momento en el que aparecieron los primeros movimientos con “repetición minutos”. Su sistema de martillos que daban un gong permitía, al mismo tiempo, dar vida a pequeños personajes (jaquemarts, por ejemplo), a escenas campestres, o cuadros más atrevidos. Fabricados principalmente en Inglaterra, en Francia y en Ginebra, los ingleses llamaban a los relojes eróticos (a la altura del bolsillo) “piezas de conversación”, pues servían de pretexto para iniciar una charla educada. La moda de los relojes eróticos (ahora pulsera) parece haber regresado en los últimos 10 años del siglo XX, acompañando la tendencia de recuperación del gusto por la relojería mecánica en general. Son piezas generalmente muy caras, a veces de edición limitada, y sus calibres son de gran sofisticación, ya que no es fácil producir autómatas a una escala tan pequeña.