(1736-1799). Uno de los más grandes y famosos relojeros de su tiempo. Al igual que otros coetáneos, Arnold tuvo la suerte de vivir en pleno auge económico y militar del Reino Unido, coincidencia que le permitió desarrollar plenamente su carrera en una sociedad que necesitaba sus instrumentos para mantener los deseos de expansión. Hijo de relojero y nacido en Cornwall, Arnold se desplazó a los Países Bajos a la edad de 19 años para perfeccionar sus conocimientos y, de paso, aprender alemán, idioma que le sería muy útil posteriormente para tratar con la reina Carlota, nacida en Alemania. Arnold fue proveedor de la Casa Real Británica y relojero preferido de muchos potentados londinenses, aunque su fama posterior vendría de la mano de sus cronómetros marinos, a los cuales dedicó gran parte de su esfuerzo en la segunda mitad de su carrera. El Comité de Longitud alabó sus creaciones, lo que permitió que cronómetros fabricados por Arnold fueran llevados, entre otras personalidades, por el famoso explorador James Cook en su segundo viaje por el océano Pacífico. El trabajo de Arnold no estuvo exento de polémica: su autoría del escape de retén, que patentó legalmente, fue refutada por su competidor Thomas Earnshaw. Su hijo John Roger honró el trabajo de su padre, convirtiéndose en un magnífico relojero, y contó con la admiración de colegas de la talla del propio Abraham-Louis Breguet.