Material de gran dureza obtenido mediante la cocción de elementos primarios. La cerámica empleada en relojería se diferencia de la tradicional por un mayor índice de tensión, que se traduce en mayor resistencia a los golpes. El material más utilizado hoy para la fabricación de las cajas de cerámica es el óxido de circonio. Según el proceso de fabricación seguido por Rado, una de las firmas pioneras en el uso de este compuesto, el óxido de circonio se combina con materiales colorantes y un material de unión. El compuesto se inyecta en un molde y se somete a una presión de 1,000 bares hasta formar una pieza base, posteriormente sometida a una cocción de 1,450 grados en la que pierde el 30% de su volumen y adquiere su consistencia y resistencia. Dada su dureza, la cerámica solo puede ser tratada con herramientas de diamante. El nitruro de silicio, la espinela y el carburo de titanio son otros tipos de cerámica utilizados en relojería para la fabricación de cajas y componentes del movimiento.