(1926-2011). Se le ha considerado el más grande relojero del último siglo; un título ganado a pulso por su capacidad para guardar las más estrictas tradiciones artesanales en un tiempo dominado por la homogeneización e industrialización del sector. Marcado por una infancia difícil, Daniels comentaba que su interés surgió a los cinco años cuando se encontró por la calle un reloj estropeado. Sus primeras actividades se centraron en la reparación y, más tarde, restauración de piezas antiguas, tarea esta última que le convirtió en uno de los grandes expertos de la obra de Breguet, al cual dedicó un libro (1975). En 1969 fabricó su primer reloj propio y desde entonces se hizo con una clientela fiel. Tuvo el lujo de poder elegir sus propios compradores, para los cuales realizaba la totalidad del reloj, exceptuando las espirales. En 1999 su nombre se hizo popular cuando la firma Omega comercializó el primer reloj equipado con su famoso escape Coaxial, que comenzó a diseñar en 1976 y cuyo uso fue adquirido por el Grupo Swatch en la década de los ochenta. El reconocimiento no le hizo apartarse de sus dos grandes pasiones: seguir elaborando piezas únicas y coleccionar coches y motocicletas clásicos. Se estima que George Daniels fabricó 37 relojes a lo largo de toda su vida.