JEANRICHARD, DANIEL

(1672-1741). Se le considera el padre de la relojería en la región del Jura, lo que son palabras mayores hablando de la industria suiza. Su modesto origen y la lejanía de su región natal de las principales ciudades de su época han provocado que los datos biográficos contrastados escaseen y se hayan completado con ciertos elementos de leyenda. El propio Daniel Jeanrichard dejó escrito que su primer contacto con un reloj se dio de manera casual. Un día, un hombre de negocios inglés dedicado al comercio de caballos se cruzó con Jeanrichard cuando éste tenía 18 años. Preguntando si conocía a alguna persona capaz de arreglar su reloj, el joven se ofreció, puesto que se dedicaba al metal. Con la pieza en su poder, Jeanrichard la desarmó y copió las formas de todos sus componentes sobre un papel antes de devolvérsela arreglada a su legítimo dueño. Tan interesante como este relato, y sí ratificado por los historiadores, es que Jeanrichard abrió un taller de relojes en 1691 en la localidad de Le Locle y propuso un sistema de trabajo que desafiaba al seguido hasta entonces por los relojeros ginebrinos. Frente al sistema cerrado de maestro-aprendiz que pregonaban estos últimos, él diversificó las tareas enseñando a los granjeros de su región a fabricar componentes por separado, así como las herramientas necesarias para su producción. Este sistema permitió rebajar considerablemente el costo de elaboración y cimentó las bases para hacer del Jura el gran centro histórico de producción de la relojería suiza.

JeanRichard, Daniel