(1800-1884). Hijo de Jean Frédéric Leschot, uno de los grandes fabricantes de autómatas de Suiza junto a su padre adoptivo, Pierre Jacquet-Droz, y cuyos principales trabajos pueden admirarse hoy en día en el Museo de Arte e Historia de Neuchâtel (Suiza). A diferencia del padre, el trabajo de Georges-Auguste Leschot se centró en el campo de la relojería. A él se atribuye el diseño definitivo del escape de áncora suizo junto al también relojero Antoine Léchaud (1830). Pero la gran aportación de Leschot a la historia de la relojería fue la aplicación de los sistemas de estandarización a la producción de piezas a partir de su trabajo para Vacheron Constantin. Las máquinas ideadas por Leschot, entre ellas un pantógrafo, permitían a la manufactura fabricar componentes prácticamente iguales e intercambiables entre un reloj y otro. Hasta entonces era habitual pensar que cada pieza era fabricada para un reloj en concreto, y la rotura de cualquier componente obligaba a desmontar por completo el mecanismo e intentar reproducir la pieza estropeada. Su trabajo fue un paso esencial para que la relojería suiza abandonara su carácter artesanal y se convirtiera en una industria de pleno derecho.