RELOJ

El español no tiene un vocablo distinto para reloj grande (horloge, en francés; clock, en inglés) y reloj pequeño o portátil, de bolsillo o pulsera (montre, en francés, watch, en inglés). El reloj grande, de la denominada relojería gruesa, comenzó por ser de torre, fijo, “dependiente” de la fuerza motriz proveniente de los pesos colgados por cuerdas. El reloj se convierte en portátil con la invención de la cuerda helicoidal, conocida gracias a los armeros a partir del año 1460.