BLÜMLEIN, GÜNTER

(1943-2001). Un caso curioso, sin ser suizo (nació en Alemania) ni relojero (era ingeniero), Günter Blümlein fue una de las personas que más hicieron por la recuperación de la relojería helvética en el último cuarto del siglo XX. Tras iniciar su carrera en Junghans, Blümlein fue elegido por VDO en 1980 para dirigir su negocio relojero, adquirido dos años antes. VDO quería así diversificar su principal área de trabajo: la fabricación de relojes e instrumentos de automoción. En pocos años supo dirigir un equipo capaz de recuperar el prestigio de IWC y una por entonces languideciente Jaeger-LeCoultre. Un proyecto basado en la vuelta de la relojería mecánica, tan propia de Suiza, como mejor modo de plantar cara a los movimientos de cuarzo procedentes de Japón. Años más tarde se ampliaría la oferta del grupo con el renacimiento de A. Lange & Söhne aprovechando la caída del muro de Berlín en 1989. VDO decidió vender las tres marcas, por entonces agrupadas bajo el nombre empresarial de Les Manufactures Horlogères SA, en el año 2000 al grupo Richemont. La compra incluía además el nombramiento del propio Blümlein como director ejecutivo del área de relojería del grupo. Por desgracia, el ingeniero alemán fallecería un año después a causa de una enfermedad.

Blümlein, Günter