(1875-1942). Joyero francés. Se incorporó al negocio familiar en 1898. Ese mismo año convence a su padre para trasladar el establecimiento a la Rue de la Paix, considerada la calle más elegante de París y donde aún se encuentra la boutique insignia de la casa. Aunque mundialmente famoso por sus joyas, Louis Cartier fue una pieza clave en la evolución del reloj a comienzos del siglo XX. Desde 1903 se sabe que colaboró con Edmond Jaeger y la casa LeCoultre para comercializar en exclusiva diferentes creaciones de la manufactura suiza. El acuerdo, ratificado en 1907, fue esencial para permitir a Cartier crear sus primeros relojes de pulsera, como el que elaboró para Alberto Santos Dumont en 1904 y que cuatro años más tarde se comercializaría como Santos. Modelos posteriores (como el Tonneau de 1906 y calificado el primer reloj de pulsera comercializado por Cartier) dieron pie al definitivo Tank de 1919, para muchos el primer reloj de pulsera de la era moderna por su perfecta integración de los anclajes en las formas de la caja. Además, Cartier también había patentado años antes el cierre desplegable para las correas de los relojes de pulsera. La actividad relojera de Cartier no se redujo a los modelos de pulsera: hoy en día son muy apreciados los relojes misteriosos de mesa que Maurice Couet hizo en exclusiva para Cartier.