El sistema antichoque más conocido en relojería fina. En 1988, Eric Zutter compra a Portescap su departamento Incabloc, tomando así en sus manos el porvenir de una marca y de un producto prestigioso en el sector de la relojería, nacido en La Chaux-de-Fonds 50 años antes, fruto de la colaboración de dos ingenieros: Fritz Marti y Georges Braunschweig. El origen del Incabloc fue el fruto de una idea innovadora: proponer a los fabricantes de relojería un amortiguador de choque completo, premontado y adaptado a los tamaños de los movimientos. Actualmente, ese dispositivo continúa equipando a la gran mayoría de los relojes mecánicos de las manufacturas suizas y europeas. ¿Qué es el Incabloc? Los pivotes y rubíes del conjunto balance-espiral son frágiles, comparados con el peso que necesitan soportar, y sin un sistema de protección contra choque constituyen la parte del reloj más susceptible de fallas. El sistema Incabloc emplea un resorte especialmente diseñado que permite a los rubíes y los pivotes moverse ligeramente en sus puntos de contacto cuando sufren impactos, absorbiéndolos. Cuando el impacto termina, el resorte hace que los rubíes y los pivotes del balance-espiral vuelvan a la posición inicial. Otros sistemas antichoque incluyen el Etachoc, de ETA; el Kif, de Rolex; el Diashock, de Seiko, y el Parashock, de Citizen. Breguet fue el primero que ideó un sistema antichoque en relojería, en el siglo XVIII, al cual denominó ‘paracaídas’.