Pequeño resorte enrollado en espiral aprisionado en las extremidades al volante y al puente del volante (el gallo). En conjunto con el volante, es el órgano regulador del reloj, cuya precisión depende, en gran parte, de la calidad de la espiral. En los primeros relojes (portátiles), el volante (foliot) oscilaba sin espiral. El periodo de oscilación era irregular y no había posibilidad de afinación. Se intentaron someter las oscilaciones del volante a una reacción elástica, atándolas a pelo de jabalí o a un resorte que chocaba contra una aleta fija. La espiral fue inventada alrededor de 1664. La espiral lisa, imaginada por Huygens en 1675, fue la madre de las espirales. Tenía solo unas cuantas espiras y, aunque imperfecta, daba al volante lo que le faltaba para alcanzar la precisión de los relojes de péndulo. La espiral termocompensada, que apareció a inicios del siglo XX, comenzó a utilizar nuevos materiales amagnéticos e inoxidables, como el Elinvar. Actualmente, la de Nivarox es la más usada, pero se ha experimentado con materiales compuestos, como fibra de vidrio, fibra de carbono, cerámicas o silicio.
